19 de diciembre de 2016

Museo del Belén de Arcos de la Frontera



A unos días de la Nochebuena, que mejor que hablar de Belenes.
Se cree que la tradición de montar pesebres para conmemorar 
el nacimiento de Jesús tiene en España una antigüedad de unos siete siglos. 
En la actualidad, cuando llegan las fiestas navideñas 
(aproximadamente desde principios de diciembre hasta el 6 de enero)
la mayor parte de las localidades recrean uno 
en su Plaza Mayor, en sus iglesias, en cada casa…

Muchos han evolucionado de una manera espectacular 
incluyen piezas en movimiento y efectos especiales. 
Normalmente, todas las figuras se trabajan de un modo artesanal 
para representar escenas bíblicas típicas como 
el propio nacimiento en un establo, 
la anunciación del ángel a los pastores, 
los Reyes Magos guiados por una estrella hacia el portal de Belén…

Más allá del hecho religioso, el Belén es una exaltación de la cultura rural, 
el mundo pastoril donde se recrean las montañas, 
los ríos y los que trabajan la tierra con sus manos. 
En los hogares, montar un belén es una actividad  lúdica,
sobre todo donde hay niños.

Como ya os había comentado Arcos de la Frontera tiene un precioso Belén
 abierto todo el año para poder visitarlo en cualquier momento.
En nuestra visita, nos pasamos un buen rato disfrutando de él.
No hemos tenido ocasión de presenciar "el  viviente",
aquí va una pequeña muestra de su Museo del Belén...














Y para terminar...
  

9 de diciembre de 2016

un fin de semana por los pueblos blancos

El blanco de la cal va enlazando un pueblo con otro 
en la Ruta que al norte de la provincia atraviesa la Sierra de Cádiz,
un recorrido abrupto, sabroso, verde y emocionante: la Ruta de la Los Pueblos Blancos.
Su nombre proviene de la antigua costumbre de los habitantes de encalar 
las fachadas de sus casas, adornándolas con macetas de flores de vivos colores, 
creando un espectáculo de color para la vista, al que se une el dorado del sol, 
el marrón de la montaña, el verde de la serranía y el azul del cielo.

El itinerario es idóneo para adentrarse en Andalucía y empaparse de sus costumbres,  
trasladarnos a diferentes épocas, con huellas destacadas de tiempos romanos y 
de la espectacular al-Ándalus en la perviven historias de lo que fue la vida cotidiana, 
el trazado urbanístico de sus calles, la economía ligada al cultivo del aceite, 
la producción artesana de los artículos de piel y el dulce recetario andalusí. 
Una presencia marcada hasta en el nombre de la mayoría de los 19 pueblos que la conforman

Un abundante patrimonio arqueológico desde hace 250.000 años hasta la actualidad. 
La herencia bereber se mezcla en este territorio con las calzadas romanas, 
las invasiones cristinas, los conquistadores de América, la llegada de las tropas francesas, 
las leyendas de bandoleros y las traviesas de un tren que nunca llegó y 
que hoy es la Vía Verde de la Sierra de Cádiz.

El aprovechamiento del agua y la producción del aceite, por su parte, 
han generado una ingeniería hidráulica de alto valor patrimonial 
en la que destacan los molinos, las almazaras y otras construcciones.

Y tanta historia sucede en la Sierra de Grazalema,
un paisaje declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO
donde se registra la mayor pluviosidad de la península ibérica,
poblada de numerosas grutas y con cañones.
Un paisaje que parece imposible a tan pocos kilómetros de la playa.

Encontramos distintas  posibilidades a la hora de emprender nuestro viaje. 
Ambas atraviesan el norte de la provincia de Oeste a Este, y tienen su puerta
de entrada por Arcos de la Frontera,uno de los pueblos más bellos de España.
 Nosotros seguimos este recorrido.


Arcos de la Frontera
Puerta de entrada a la Ruta de los Pueblos Blancos, asentada sobre una  peña cortada, 
Arcos es una pintoresca villa gaditana plagada de rincones que rememoran su herencia árabe.
A través de estrechísimas y empinadas calles y bajo antiguos arcos, el visitante 
se aproxima a su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico. Torres, iglesias  
y espléndidos miradores con vistas al río Guadalete son sólo algunos de los  atractivos.
También un lugar donde las tradiciones se conservan con fidelidad, fiestas, como la Semana Santa, 
o su gastronomía, donde el cerdo ibérico y los productos de la huerta son protagonistas.
Destacar especialmente el Museo del Belén, que tienen abierto todo el año,
en el que nos deleitamos con cada escenario pero eso merece un post para el solo.


Espera
Típico pueblo blanco gaditano situado en una ladera cuya cima coronan los restos de un castillo, 
dominando todo el caserío de calles encaladas y cuestas empinadas.

Castillo de Fatetar (s. XIII-XV) 


Zahara de la Sierra
La Sierra del Jaral acoge sobre sus faldas esta villa serrana enclavada 
en el interior del Parque Natural Sierra de Grazalema y declarada Conjunto Histórico. 
La fundación de la actual Zahara se debe a la época musulmana de la que se conserva, 
además del típico entramado urbano andalusí, el castillo (s. XIII). 
Su emplazamiento a lo largo de la ladera le da al caserío una fisonomía urbana peculiar. 
Los diferentes niveles obligan a las calles a escalonarse. 
 Durante la fiesta del Corpus Christi, declarada de Interés Turístico Nacional, 
no sólo se puede disfrutar de su cuidada ornamentación sino que también
 permite degustar su gastronomía autóctona, con platos como
 los quemones de cebolla, las sopas hervías y los borrachos azucarados.


Olvera
Situado al noreste de la provincia de Cádiz, 
en las proximidades de la Sierra de Lijar y del Peñón de Zaframagón, 
limita con las provincias de Sevilla y Málaga,

 La villa-fortaleza de Olvera formó parte de la línea fronteriza 
que custodiaba el límite suroeste del reino nazarí de Granada.
Junto a otros castillos, denominados hisn, como los de Zahara, Pruna, Teba o Cañete,
configuraban una red defensiva apoyada por el relieve circundante,
que tenían la función de proteger las plazas fuertes de la entrada a la serranía de Ronda.



Setenil de las Bodegas
 De origen medieval, la Villa se asentaba en el antiguo poblado almohade.
La singularidad y extrema belleza de su entramado urbano
hace que sus calles sean el principal atractivo, que descienden
desde el Castillo o Fortaleza Nazarí de Setenil (siglo XIII,
conserva el aljibe y la Torre del Homenaje) y se amoldan al terreno abrupto
con casas sobre o bajo las rocas, creando un mosaico espectacular en el que
aparecen cuevas, calles a diferentes alturas y numerosos rincones especiales;
como las calles de la Cuevas de la Sombra y de las Cuevas del Sol

Naturaleza, patrimonio histórico-artístico y, además, tradiciones y costumbres. 
La localidad ofrece fiestas, la feria, la romería, su Semana Santa de Interés 
Turístico Nacional, artesanía y una excelente gastronomía basada en productos 
como los jamones, quesos, legumbres, postres y el exquisito 
y galardonado aceite de oliva de Setenil de las Bodegas.



Ronda
Ya pasando a la provincia de Málaga, visitamos Ronda,
estábamos tan cerca que no podíamos obviar esta ciudad.

Antigua medina árabe, en la orilla sur del río
es una población con un enclave estratégico, único y vertiginoso.
Construida sobre una meseta cortada por un profundo tajo excavado
 por el río Guadalevín, al que asoman los edificios de su centro histórico
 y que le confiere a la ciudad una panorámica pintoresca.
La cornisa del tajo y el puente que lo salva son la imagen por antonomasia de la ciudad.


El núcleo urbano se divide en tres zonas perfectamente diferenciadas,
la ciudad o antigua medina árabe,desde el punto de vista histórico es la más importante, 
el barrio de San Francisco, separado por las Murallas, 
 y el barrio del Mercadillo, que se encuentra al otro lado del río Guadaleví­n. 

 

 Autores literarios que  se sintieron cautivados por esta ciudad 
 han dejado escritas páginas elocuentes de Ronda.
 Famosa por su plaza de toros y su corrida goyesca,
con leyendas románticas de bandoleros de sonado nombre y
el espacio donde nacen y se hacen toreros y artistas, 
hacen de Ronda una ciudad única. 


Grazalema
En el corazón de la Sierra de Grazalema se enclava este pintoresco pueblo blanco gaditano
 El origen de Grazalema coincide con la ciudad romana de Lacílbula.
 En su casco urbano, declarado Conjunto Histórico, la típica arquitectura popular
 se combina a la perfección con la riqueza monumental.
 Famosa por sus tradicionales mantas, éstas se exponen
junto a otros oficios artesanales en el Museo de Artesanía Textil.

Y el fin de semana no dio para más, pero nos permitió pasear 
por bellos pueblos blancos de empinadas calles,y disfrutar de la Andalucía de interior.
Espero que hayáis disfrutado del paseo.